domingo, 23 de diciembre de 2012

Fotografía de encuentro (Del libro "Exorcismo Final". CAAW Ediciones Erótika, 2015, Segunda Edición)


A G**, fotógrafo

Click. Me chupo el índice lasciva con los ojos entrecerrados. Acostada vestida en aquella camita. Mi otra mano se pierde bajo mi minifalda. Tú estás gozándome detrás de tu lente. Yo inicio mi acto de enloquecer tus hormonas. Click.
(Pausa) “¿Cuánto tiempo hace?”, dijiste, “11 años, han pasado 11 años” contesto, y tus ojos habituados a descubrir imágenes me desnudan, pieza a pieza despacio, como si tuvieras todo el tiempo del mundo en aquellos dos dedos de vodka a la roca, como si estuvieras otra vez en aquella camita, mi camita.
Click. Acostada vestida. Una mano sube la minifalda. No llevo pantis. La otra mano se hunde en mi vagina. Cierro los ojos. Me muerdo los labios. Los muslos apretados para aguantar los temblores. El lente se mueve. Se pierde el foco. Tus manos tiemblan. Click.
(Pausa) “Estas bella, igualita” susurras y bebes un trago largo como si el recuerdo te secara la garganta, como si necesitaras mojarlo para desdibujar mi cuerpo desnudo haciéndote señas para que dejes la cámara y me penetres. Te mueves inquieto en la banqueta porque la erección revienta el pants, masajeas disimuladamente tu entrepierna y vuelves a beber, largo, sediento.
Click. Mi cara es una mueca de complacencia. Los ojos entrecerrados. Blancos. Mis dos manos penetrándome. La minifalda enrollada en mi ingle. Las rodillas juntas. Apretadas. La sábana arrugada. Una esquina de ventana por donde se cuela el sol. Click.
(Pausa) “¿Te divorciaste?” indagas. “Sí”. “¿Tienes novio?” continúas. “No” monosilábica apuro mi margarita. Tus ojos como la lente de tu cámara, atentos a mis labios y mi lengua que tragan, tragan. Cierras el puño como si apretaras el obturador. Cierras los ojos, la frente te suda, e intuyo que sigo tragando en algún rincón de tu cerebro. ¡Trago!
Click. Medio sonrío. Mi mano húmeda en mi boca. Tu mano metida en el plano. Tocando mi mano mojada. Buscando mi humedad. Mi otra mano relajada saliendo de entre mis muslos. Mis muslos blancos sobre mi camita. La blusa medio abierta. Mis ojos sonríen satisfechos. Chinitos. Plano inclinado. Tú no puedes más. Espectador ¿pasivo? Ojo tras la lente. Click
(Pausa) “Todavía tengo tus fotos”. “Yo las quiero”, contesté rápido. “¿Quieres que te haga nuevas fotos desnuda?” “No, quiero aquellas”. “¿Pero no quieres nuevas fotos desnuda?” Insistes morboso. Ahora soy yo la que trago de una sentada mi margarita. Cierro los ojos y en algún rincón de mi cerebro me veo tragando, sigo tragándote.
Click. Un estudio cerca de la Calle 8. Los dos solos. Un sofá viejo con una manta multicolor. Las luces listas. Una red negra. Yo desnuda. Mi pelo rojo suelto hasta la cintura. Mojado. Ondulado. Descalza. Tu lente abre y cierra, cierra y abre. Penetrándome. La red sobre mi cara. Sobre mis tetas. Tu lente se acerca. Primer plano. Respiras cada vez más fuerte. Mi perfil con la red sobre mi cabeza. Plano detalle. El pelo me cubre la cara. Las piernas abiertas. Mis dedos tapando los pezones. Mi piel blanca. Suave. La red negra. La red negra sobre mi barriga. Descubriendo todo. Blanco/negro. Tu lente abre y cierra, cierra y abre. Disparando. Me tocas. Tus manos sudan. Tu respiración es un huracán. Me tocas. Acaricias fuerte. Respiras fuerte. Me besas los hombros como un caníbal. Me agarras las tetas con dureza. Me empujas hacia ti. Brusco. Macho. Tu pinga maltrata mi nalga. Tu pinga detrás del zipper. Detrás del jeans. Maltrata mi nalga. Me aprietas duro contra ti. Me restriegas el zipper. Tu jeans. Tu pinga. Mi nalga. La cámara hace malabares en una de tus manos. La otra mano intenta abarcarlo todo. Todo mí. Tu mano enloquece. Suda. Tu saliva desborda mi cuello. Tu boca me mastica. Tu boca en mi cuello. Tus dientes me lastiman. Tus dientes. Tus labios. Mi cuello. Finalmente desesperas. Me agarras por la cintura. Me lanzas sobre el sofá. Te arrancas el zipper. Liberas la bestia. La bestia se me cuela entre los labios. Muerdo. Lamo. Saboreo. Ensalivo. Fricciono. Punta de lengua-garganta-garganta-punta de lengua. Acaricio con mis labios. Tu cámara sigue haciendo malabares en tu mano. La otra mano me agarra los pelos. Me empujas la cabeza. Me enseñas a domesticar tu bestia desenfrenada en mi boca. Tu cámara no se detiene. La lente abre y cierra, cierra y abre. Me atraganto pero no paro. Tus dedos se aferran a mis pelos. Una convulsión te posee. Frenética apuro los movimientos. Labios-lengua-fricción-garganta. Gritas. Animal. La lente se abre. Se abre. Se abre en un movimiento detenido. Infinito. Un olor a cloro me inunda la garganta. Me sale por la nariz. Gritas. Trago, trago, trago. “¿Y yo qué?” Te miro devorándote epidermis. Dermis. Me abro de piernas al infinito. Visualizas. Tu respiración agarra fuerza 5. La bestia mete un cabezazo. Repunta.  Colocas la cámara en el piso. Suavemente. Te arranco el pantalón. La bestia resopla en mi mejilla. Golpeándome mi mejilla. Te enredas con el pullover. Con la manta multicolor. Una pierna. Una pierna sobre el espaldar del sofá. Te arrodillas en el sofá. Frente a mí. Mirando fijo ese hueco misterioso. Abierto. Profundo. Metes tus dedos. Te regodeas en lo mojado. Suspiro. Tu mano mojada acaricia la bestia. Suave. Adelante y atrás. Atrás y adelante. Tu mano otra vez. Tu lengua. Tu boca que me come. Tu boca en mi hueco. Profundo. Abierto. Lengua-mano-dedo-lengua-labios-hueco. Tus dos manos agarran. Carne. Agarran. Brusco. Macho. Tu lengua acaricia. Clítoris inflamado. Lengua. Manos. Dedo. Labios. Grito. Desesperada. “¡Métemela cojones!” ordeno. Te ríes. “Espérate mami chula”. Te ríes. Acaricias tu bestia con tu mano mojada. Adelante, atrás. Adelante, atrás. Furiosa te agarro con mis dos manos por las nalgas. Te empujo. Te clavo en mí. Adelante y atrás. Atrás y adelante. Adelante y atrás. Grito. Silencio. Tu respiración. Mi respiración. De tormenta a calma. Silencio. Click.
(Pausa) “Todavía tengo tu foto” sentencio. “¿Cuál?” preguntas curioso. “Aquella, la de la red negra”. Y pides otro vodka a la roca. “¿Aquella?” “Aquella”. Y yo también pido otra margarita. “¿Cuánto tiempo hace?” Y me rozas con los dedos el antebrazo. Tus manos sudan. Tu respiración es cada vez más fuerte. Es un huracán. Scorpions canta por algún rincón “walking down the street, distant memories…” Tus manos sudan… “take me to the magic of the moment on a glory night…” Te tocas la entrepierna. Cierro los ojos y veo la bestia. Mis manos sudan. ¿O son tus manos? No sé. Me erizo. El tequila quema mi garganta y un olor a cloro me sube a la nariz, suave. Abro los ojos. Tú estás también distante, muy lejos e intuyo que en alguna esquina de tu cerebro me tienes tragando. Bebes. El cristal y el vodka distorsionan tu rostro. Caen gotas. La bestia. “¿Realmente quieres hacerme fotos desnuda otra vez?” “Claro mami chula, tú sabes que tú eres especial para mi”. Mis manos sudan. Tus manos sudan. Trago, trago, trago. “Está bien, hagamos más desnudos”. Brindamos. Trago, trago, trago. La bestia repunta, cabecea y yo cierro los ojos encomendándome al que sea. No quiero pensar que otra vez la desaté. La bestia. Trago. Tu respiración. Mi respiración. De tormenta a calma. Silencio. (Pausa) Click.



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Narración finalista en el concurso "Los cuerpos del deseo", I Edición, Miami 2012
Publicado en http://neoclubpress.com/fotografia-de-encuentro-100934087.html







jueves, 6 de diciembre de 2012

Cuando un amigo se va...


A mi madre siempre le ha gustado Alberto Cortez, yo lo considero muy sobreactuado pero mi madre de tanto escucharlo, me hizo escucharlo a mi tambien miles de veces, y sin embargo, la única canción que siempre recuerdo es su "Cuando un amigo se va", porque era la única canción que siempre me pareció que cantaba con sentimiento genuino, llorando el alma. Y "Cuando un amigo se va" es irremediablemente la canción que viene a mi cuando me entero de la muerte de un amigo querido y es justo la canción que está sonando ahora en mis entrañas al ritmo de una tumba cubana, en una esquina del Parque Trillo en Cayo Hueso, Centro Habana.
Anoche le tocó a Alfredito sorprenderme. Justo cuando iba cerrando todas mis ventanas en Internet, alguien publicó en el cibersolar la noticia de su muerte y lo primero que pensé que era una jodedera de Alfredito, otra de sus bromas, de sus "cueros" interminables. Lo busqué y al abrir su muro, me invadió una avalancha de mensajes de amigos deseándole descanso, buen viaje y luz y progreso. Y tuve la certeza de que no era una broma, que realmente el Alfredito se había ido para siempre.
Entre las lágrimas y el desespero, rondando la madrugada pensaba en Alfredito y lo veía llegar a la Plaza de Armas, en aquellos principios de 90, acompañado de Mauricio (EPD también) y Oniel. Los Gremlins le pusimos, porque en aquel grupo de amigos era obligatorio tener un nombrete, hasta el punto que algunos no conocemos el nombre verdadero de otros. Alfredito llegaba y formaba un remolino, dando "cuero", tocando rumba en cuanta superficie hubiera en la Plaza, riéndose sin parar en movimiento perpetuo, porque Alfredito fue el primer hijo de Eleggua que conocí que tenía la personalidad del Orisha por el "manual" y además, de los pocos que he conocido que lograron equilibrar en sí mismo una mezcla rara de "friqui", guapo rumbero de Cayo Hueso y músico underground urbano, sin que se le arrugara la ropa.
Después conocí a su abuela, Abuela Yuya, y con esa capacidad tremenda que tenía Abuela Yuya de adoptar nietos, fui adoptada en su casa y no había semana que no pasara uno o dos días a tomarle el café a Abuela Yuya en sus sillones, en el medio de Cayo Hueso a dos cuadras del Parque Trillo, hasta el día antes de irme. Y ahí estaba siempre Alfredito, huyéndole al regaño de Abuela Yuya, con un cigarro en la mano en conversaciones interminables en los sillones donde me contaba de su madre Sara (EPD también) a la que amaba con locura, de las trastadas de Germinal su padre (EPD también) a quien admiraba con locura, de las últimas aventuras de los socios, de sus hermanos. Ahí estaba Alfredito con su eterno cigarro en la mano, dándole clases de percusión a extranjeros a los que llamábamos "malangones" porque no les entraba la música por ningún lado, aprendiendo a pura voluntad autodidacta a "tocar" haciendo gala de ese oído privilegiado que quizás heredó de su padre, riéndose siempre, tocando la tumba o los batá a cada momento con esa disposición constante a formar el toque de tambor donde quiera que estuviera, con la botella de ron pasando de mano en mano y la alegría inifinita. Ahí estaba Alfredito sin perder la risa en la cara aguantando juicio, prisión, -y recuerdo esa época y se me eriza el estómago visualizando todo el sufrimiento familiar por la cárcel de Alfredito-, haciendo amigos adentro, tocando tambor entre cuatro paredes y portándose bien para salir pronto. Ahí estaba Alfredito noviando con mi amiga Marisela, jodiendo con mi hermana Yania, venerando a su hermana Ibis, tomando ron en el solar de El Martillo, entrando sudado de la calle protestando por el calor, pasándose su mano siempre "empañuelada" por la calva, abriendo los ojos mientras gritaba: "qué volá esta tu niñaaaa?? Candela pal sindicato!!!", porque si alguien conocía y repetía todos los dicharachos populares del barrio, era Alfredito. 
Despué me fui de Cuba y lo perdí de vista aunque siempre recibía noticias por Ibis, Marisela, los amigos en común, hasta el día que apareció en el cibersolar, vestido de blanco, con sus collares, su cigarro en la mano y su eterna sonrisa metiéndome un grito (escrito) junto al friend request, y lo tuve nuevamente (virtual) sentado en un sillón, fumando, tocando tambor, cantando, sudado, con un dicho en los labios, explotando la nostalgia musical por su muro, reunido con amigos comunes en cientos de fotos donde uno se sorprendía al ver "cojoneeeeee a este socio que hace un millón de años que no veo, que no sé por donde anda y repinga que viejo se ha puesto, Alfredito socio, cuéntame de él", metiendo "muelas" esporádicas sobre Abuela Yuya (EPD también), Germinal (EPD) y su hija Sara Paula, una negra bella como su abuela Sara, con uns pelos fenomenales y una sonrisa eterna como su padre Alfredito que era la única en este mundo mundial que lograba tirarle el cable a tierra al Alfredito, que lograba volverlo un tin responsable y comprometido con una vida que ahora me cuenta Ibis en un mensaje escueto por el dolor, desgastó cuando no asumió un cáncer descubierto hace dos años y que lo mató. Porque el Alfredito era así, un Elegguacito de pura cepa que vino al mundo a abrirnos caminos de alegría, de música, de tertulias, de amistad, lejos del dolor, la oscuridad y las malas energías; caminos de vida que sé ahora andará abriendo por donde quiera que esté tocando los tambores junto a Sara, Germinal y Abuela Yuya, con su eterna sonrisa, su cigarro en la mano, su trapito blanco pa' secarse la cara y la calva, sus collares, sus dicharachos, su barbita y esa mezcla rara de friqui, guapo rumbero de Cayo Hueso y músico underground urbano, sin que se le arrugara la ropa. Y lo único que pido es que no descanse en paz ni cojones, que siga y siga sin detenerse, espíritu de luz y progreso al ritmo de un batá en la esquina del Parque Trillo, sonriéndonos y gritando: qué volá esta tu niña?? Candela pal sindicato!!!... Alfredito, negro rumbero, te extrañaremos!!! Bendiciones especiales de Madre Agua pa' ti en una versión al guaguancó de "Cuando un amigo se va" pa' que tengas un buen viaje!!.. digo yo.

domingo, 25 de noviembre de 2012


No son mariposas lo que tengo en mi estómago, amor
            es una manada de elefantes alados y ciegos
            revoloteando sin parar
es un tornado enredado con un huracán fuerza 5
           que va destrozando mis nervios desde el esófago hasta el colon
es un tumulto
           una multitud
           una estampida desde el corazón hasta las sienes
no son mariposas lo que tengo en mi estómago, amor
           es una alerta de desastre universal entre tus brazos
           cuando te tenga real dentro de mi
           -bendito desastre-
no son mariposas lo que tengo en mi estomago, amor
           es todo
           absolutamente todo revuelto
-bendito desastre-

jueves, 8 de noviembre de 2012

Degollación en tres actos


Degollo mi mente
para poder dormir en paz
cuando me cercan mis demonios
mis demonios endemoniados endemoniadamente
degollo mi mente
y lanzo los pedazos a los pies de Olokun
bien profundo a los pies de Olokun
pero igual no puedo dormir en paz
bajo mis sábanas mis putas –yo misma mil veces-
reptan piernas arriba
como aquella Coppola escena de colmillos dulceamargos
mis putas –yo misma mil veces-
reptan y se sientan en mi hombro izquierdo
a susurrar obscenidades
mis putas obscenidades de colmillos dulceamargos
reptan aunque degollo mi mente
y maldecimos –juntas- a este hombre
-aquel otro-
que se vuelve difuso entre mis dedos
en lejano se vuelve difuso difuminado difusamente
difuminado por mi
difusamente difuminado por mi
este hombre –aquel otro- que deLEGO –y va con tilde en la o-
mi corazón
mis manos
mi cuerpo
este hombre –aquel otro- que me ciega por momentos
por momentos me ciega rajando mi noche
grietas de luz débil pidiendo SOS sin pedirlo
evadiendo preguntas respuestas declaraciones
dando vueltas como perro antes de echarse
dando vueltas en su deLEGO
degollo mi mente –por segunda vez consecutiva-
para poder dormir en paz
pero este hombre –aquel otro- incita a mis putas –yo misma mil veces-
a sentirnos culpable de la distancia
a sentirnos culpable de la distancia
a sentirnos culpable de la distancia
de su difuminación difusa difusamente entre mis dedos
y no puedo dormir en paz
-corazón sensiblero dirían mis putas que soy yo misma mil veces-
no puedo dormir en paz
así que degollo mi mente –por tercera vez consecutiva-
y cierro los ojos
-alguien dijo que la tercera es la vencida y por eso cierro los ojos-
pero este hombre –aquel otro- no me deja dormir en paz
y me hace sentir culpable de mi distancia
mi lejanía
mi ausencia –por siempre mi ausencia-
igual sigo sin dormir en paz
por eso pego mi degollada mente con creisiglú
y cierro los ojos –otra vez-
cierro los ojos
y simplemente deLEGO a mis demonios endemoniados endemoniadamente
que hagan de las suyas
que cerquen
que coman
que destruyan
deLEGO –y ahora no lleva tilde-
simplemente deLEGO a mis demonios
-los más endemoniados endemoniadamente-
            que hagan de las suyas en mi nombre
cierro los ojos
-finalmente despierto sin saber si pude dormir en paz-


 Miami 11/8/2012

martes, 6 de noviembre de 2012

Desespero


Desespero
Me desato el pelo
en el umbral del desespero
cuando tu desnudez colma el cristal
me desato el pelo
con el desespero que colma el cristal
tu desnudez en el umbral
mi umbral en tu desnudez
y me vuelvo acuosa
cintura abajo acuosa
en el umbral del desespero
tu desnudez
mi desnudez
con tu boca en señas
enseñas con tu boca en señas
y mi boca se vuelve acuosa
cintura abajo acuosa
en el umbral del desespero me desato el pelo
tu desnudez colma el cristal
me desespero
_______

Mis manos
Toma mis manos
ofrenda de mañana para tu pupila
tomas mis manos
y riégalas por tu piel
ofrenda mis manos
en tu pupila y tu piel
toma mis manos
como cobertura a tus ganas
caliente cobertura
y tus ganas resbalan por mis manos
ofrenda de mañana
en tu pupila y tu piel
toma mis manos
para tu boca
para tu espalda
para tu glande
mis manos ofrenda para tu glande
de mañana como cobertura
caliente cobertura
para mis ganas
toma mis manos
ofrenda de mañana
riégalas
mis manos en tu piel de mañana
riégalas
mis manos
toma
ofrenda
mis manos y tu piel
de mañana
toma


Si mis manos son viajeras
irían ahora mismo
arrancarte esa ropa
y acariciarte suave
cada milímetro de tu piel
cada milímetro de tu piel
cada milímetro de tu piel
ahora mismo



domingo, 28 de octubre de 2012

Decreto


De la serie: "Cuentos para Lobos en noches de Luna Llena"

Estoy sentada en el umbral de mí misma, mirándome, mirándome, y veo a este hombre que viene desde la Antigüedad, difusamente viene primero, y luego cada día se hace más nítido y real. Veo a este hombre que viene despacio y se sienta a mi lado a mirarme, a acompañarme en este mirándome en el umbral de mí misma como quien mira una vieja película doméstica o un álbum de fotos viejas. A mirarme. Este hombre se sienta a mi lado y me toma las manos, suavemente, me toma las manos desde la Antigüedad y yo ciega, le toco el rostro con mis dedos y pregunto: ¿eres tú? Le toco el rostro y asiente: soy yo, como si decretara al Universo su llegada, como si necesitara decretarlo. Se sienta a mi lado aún antes de que le ofrezca una silla. Difusamente viene desde la Antigüedad y aunque primero escucho sus pasos y luego su voz, me resisto. Al principio me resisto porque hay fragmentos de mí que aún vagan por otras dimensiones, fragmentos de mí adheridos a otros fragmentos ajenos, adheridos, desprendiéndose. Porque ahora me doy cuenta que no estaban adhiriéndose, sino desprendiéndose fragmentos de mí en fragmentos ajenos. Por eso al principio me resisto y sólo escucho sus pasos y su voz, y cuando le ofrezco una silla, él ya estaba sentado a mi lado, mirándome. Mirándome y me asusta el reflejo de mí misma en sus ojos. Me asusta la espiral donde me mete poco a poco, como si de noche y a escondidas cambiara la cerca de mi territorio y se apropiara de mis tierras. Sutilmente se apropiara cada noche de un tramo más de mis tierras metiéndose adentro y adentro. Ladrón de territorios, metiéndose cada vez más adentro. Y le leo mis escritos premonitorios, -ahora sé que eran premonitorios-, y le tiro los números buscando explicaciones astrales, y combino sueños, palabras, gestos, como quien interpreta oráculos y le temo a los videntes ocasionales de mi camino para que no interfieran en  esta complicidad astral donde este hombre que viene de la Antigüedad cada día se hace más nítido y real. Ni siquiera le pregunto a los santos y los muertos, y prohíbo consultas a adivinos y similares, porque quiero mantenerlo intacto, perfecto. Este hombre que viene desde la Antigüedad me lee, me sorprende porque me lee y sabe dominar mi intensidad a su antojo como quien haya practicado cada hora con una fiera, pero sin circo, sin público. Domador de mi intensidad, simplemente por el placer de saberse dueño y esclavo de ella, de la fiera-intensidad que sin perder su naturaleza, lo sigue dócilmente a todos los rincones. Simplemente lo sigue con la devoción intranquila del amor. Este hombre-domador que viene de la Antigüedad me rompe los límites y me descubro ahogada entre palabras virtuales, entre escenas virtuales de desnudez, de sexo caliente que rompe cristales y suda desesperos, de destrozarnos las ganas a recorridos, de lamernos los deseos a puro diente. Me rompe los límites y cada segundo quiero más, como una adicta, quiero más y más, y de noche lo invoco golpeando mis paredes acolchadas desde la rehabilitación de la distancia para amasarlo entre mis tetas, para recorrerlo infinitamente cada centímetro, maldiciendo virtualidades y suplicando realidades, porque quiero más. Adicta, me vuelve adicta y me rompe los límites. ¿O los rompo yo? No sé porque este hombre-domador es capaz de llevarme de un extremo al otro del arcoíris sin pausa, sin detenernos a tomar aliento, y cuando la adrenalina me efervescenta, me calma, con un gesto me calma y me acurruca en declaraciones. Decreta al Universo sus declaraciones de mí. Me acurruca en declaraciones y me calma –aunque él asegura que lo calmo yo-. Y me descubro cantando entre suspiros ahogados que me inmovilizan, y me descubro haciendo pócimas y sortilegios para amarrarlo, y me descubro desatando todos mis demonios para cercarlo e invadirlo en un círculo irrompible de amor de donde no pueda escapar jamás. Y me descubro mirándome en sus ojos sentada en el umbral de mí misma. Mirándome en sus ojos mientras tranquilo está sentado en una silla junto a mí mirando el camino, el camino que no llega a mi casa, sino que parte hacia esa línea que nos divide el cielo de todo, que parte e invita a partir desde mi casa, desde nosotros mismos. Y me descubro tomando su mano brindada en silencio, mirándome a mí misma en sus ojos y tomando su mano para partir, sin retroceso porque él decreto que next time will be last time. ¡Y sé que es así! Y me descubro que realmente yo soy la cercada e invadida en un círculo irrompible de amor de donde no podré escapar jamás. Porque este hombre que viene desde la Antigüedad,  difusamente primero, y luego cada día más nítido y real, este hombre-domador que se sentó a mi lado y me tomó suavemente las astas, y yo ciega, le toqué el rostro con mis dedos y pregunté: ¿eres tú? Le toqué el rostro y asintió: soy yo, como si decretara al Universo su llegada. Este hombre realmente es el hombre que fui moldeando, forjando en todos los hombres que dejé en mi camino, que se quedaron o simplemente se fueron. El sencillamente es el hombre –dharmático- que viene desde la Antigüedad para quedarse, por siempre quedarse porque next time (this) is the last time, y lo ha decretado. Sin más, lo ha decretado. Así que sentada en el umbral de mí misma, tomo su mano brindada, suspiro y echo andar a su lado, echo andar con él, porque él simplemente lo ha decretado.

jueves, 25 de octubre de 2012

Ejercicio de imaginación para noche con viento


Imagina este recorrido
punta de mi lengua
empieza en tu labio inferior
despacio y suave
baja tu barbilla
recorre tu cuello a conciencia
punta de mi lengua
ensaliva tu hombro
-cualquiera-
y sigue a tu tetilla
como quien persigue ensoñaciones
se distrae
enloquece en tu tetilla
circularmente enloquece
minutos distracción locura
punta de mi lengua
continúa a la izquierda
-realmente es un desvío espontáneo-
continúa a la izquierda un poco mas adentro
para marcar un beso en alguna grieta miocardial
un beso sanador
seguimos
cae rozando punta de mi lengua
por el centro justo de tu pecho
-tu pecho, ay tu pecho-
vientre abajo resbalando humedades
como camino de babosacaracol
hasta el abdomen
se entretiene paseando tu valle abdomen
un rato se entretiene y sigue
despacio y suave sigue
tropieza con tu erección
-bendita erección-
enorme erección para punta de mi lengua
camina despacio y suave
camina tu erección hasta el glande
duda
¿dientes maliciosos, labios mojados o garganta?
duda
pero no
solo punta de mi lengua para tu glande
despacio y suave
traviesa sigue tus muslos
hasta tus nalgas
-tus nalgas, ay tus nalgas-
firmes
duras
nalgas para morder
simplemente morder
morder y simplemente
punta de mi lengua
inquieta
inicia ascenso por tu espalda
centro de tu espalda
otra vez cuello
allí donde termina el pelo
cuello y punta de mi lengua
acaricia luego tu hombro
el otro
para treparse a tu barbilla
nuevamente
Punta de mi lengua en tu labio inferior
Punta de mi lengua en tu labio superior
Punta de mi lengua en tu punta de tu lengua
mi lengua tu lengua
despacio y suave
tu lengua mi lengua
despacio y suave
mi lengua
tu lengua
imagina

                                                                                    Miami, 10/24/2012


martes, 23 de octubre de 2012

Escena ¿imaginada?


Una silla de madera
única
sola
silla de madera en habitación vacía
habitación vacía
silla de madera
única sola
ventanas grandes
afuera madrugada
-imprescindible una luna llena
enorme-
silla de madera y habitación vacía
-¿Tony Zenet, Carminho o Norah Jones? Escoge tú-
(yo prefiero jazz)
alguna vela encendida
por aquello de la luz y las sombras
sólo por aquello
vaso de ron en el piso
(yo prefiero vino)
silla de madera
habitación vacía
ventanas grandes
luna llena
Y yo sentada sobre ti
sentada sobre ti
frente a ti
sentada sobre ti
clavada en el Universo
el Universo clavado en mí
sentada sobre ti
silla de madera
habitación vacía
            clavada en ti
silla de madera
clavada en ti
silla de madera

lunes, 15 de octubre de 2012

Hablándole a la noche (Poemas de domingo)


Noche rara sin luna

Cada palabra me conduce a ti
en esta rara noche sin luna
como si fuera un único camino
único camino
de noche rara sin luna
tu nombre rueda por mi escote
mil veces mencionado
clamado
nombrado
me envuelve la cintura
huérfana de tus manos
huérfana cintura
tus manos
afuera noche rara sin luna
que despeina los árboles
con aire caliente
aire caliente de noche rara sin luna
adentro tu nombre mil veces mencionado
me conduce a ti
cada palabra
como si fuera un único camino
único camino
adentro y afuera
noche rara sin luna
huérfana
mi cintura y tus manos
adentro y afuera
cada palabra me conduce a ti
tu nombre
me conduce a ti
en esta noche rara sin luna
afuera y adentro
adentro y afuera
como si fuera un único camino
único camino
de aire caliente en esta noche rara sin luna
aire caliente que despeina los árboles
que despeina mi alma
tu nombre
despeina mi alma
como aire caliente en esta noche rara sin luna
despeina
adentro y afuera
afuera y adentro
como si fuera un único camino
único camino que me conduce a ti
cada palabra
en esta noche rara sin luna
único camino
tu nombre
mi alma despeina
huérfana de tus manos
                        tu nombre

Cursi
Ser lágrima es muy cursi
ser dolor es muy cursi
ser desgarradamente lágrima en este dolor es muy cursi
ser desgarradamente dolor en esta lágrima es muy cursi
pero igual soy cursi
soy lágrima
soy dolor
soy desgarradamente cursi
lágrima
dolor

Caída libre vértigo
Ese hombre cayó desde la estratosfera
libre vértigo
caída
y una punzada suicida me rebota en las sienes
cae desde la estratosfera
mirando a ese hombre que cayó desde la estratosfera
envidia de caída
libre vértigo
caída
punzada suicida para no recordar
tu sonrisa
barbada sonrisa que cayó desde la estratosfera
libre vértigo
caída
no recordar
solo caer desde la estratosfera como ese hombre
solo caer en punzada suicida que rebota en las sienes
para no recordar tu sonrisa barbada
libre vértigo
caída
desde la estratosfera
para no recordar
punzada suicida

Gota hasta tu ombligo
Soy la gota que cae desde el techo de mi casa
hasta tu ombligo de ausencia
irremediablemente cae gota de ausencia
soy la mano de la luna que no existe
en esta noche de lluvia
mano de luna que no existe que te acaricia
lejanamente te acaricia y resbalo
y caigo mejilla abajo como torrente de deseos
incomprendidos deseos
y resbalo
y caigo gota
hasta tu ombligo de ausencia.

Telegrama
Boca tuya necesito con urgencia venir corriendo a besarme. (Punto y seguido) Agonizo. (Punto final)

Ojos y labios vagina
No necesito cerrar los ojos para sentir tus labios
entrando en mis labios
entrando en mi vagina de labios
entrando en mis labios de vagina
entrando tus labios en mis labios
vagina entrando en tus labios
no necesito cerrar los ojos para crearte labios entrando en mi vagina
crearte entrando
crearte labios vagina entrando
cerrar los ojos
no necesito vagina
cerrar los ojos para crearte labios
entrando
vagina de ojos y labios

Noche
noche
luna
manos
nostalgia
yo
noche sin luna que trae a mis manos la nostalgia de tú y yo en noches sin luna


                                                                                                           Yovana Martinez
                                                                                                           Miami, 10/14/2012



martes, 9 de octubre de 2012

Lluvia inventada

Inventé la lluvia para pensarte de este lado del Caribe
en este rincón donde las islas se llaman cayos
y cada una tiene su encanto, así en minúscula
inventé la lluvia para tener tu cuerpo sobre el mío
sobre el mío tu cuerpo
aunque tu no estés
y esta ausencia pese mas que las gotas en las hojas de helecho
y tu silencio me oxida el llanto
el llanto y el alma me oxida
inventé la lluvia para morirme de ganas de tenerte
de restregarme como una gata hambrienta contra tu muslo
y me agobia el desespero de gotear
a ritmo de lengua cuando el sol te calcina al otro lado
gotear dentro de ti          
gotear
inventé la lluvia para rehacerte con los ojos abiertos
real rehacerte
rehacerte real
            y la nostalgia me hunda en tu olor
                        en tu barba dañando mi piel
en esa sonrisa
                                    esa sonrisa que tengo en una foto de tarde
                                    en el portal del Ranchito
                        mirándome con risa de ojos risueños
esa sonrisa sin lluvia
mirándome con risa de ojos risueños
risueños tus ojos
mirándome
inventé la lluvia porque esta tarde de lluvia
por mas que conjuro y conjuro
no puedo inventarte desnudo sudado único
tu cuerpo sobre el mío
sobre el mío tu cuerpo
por mas que conjuro y conjuro
no puedo inventarte
no puedo
inventarte
inventé la lluvia simplemente para no olvidarte
inventarte
inventé 
             lluvia