A G**, fotógrafo
Click. Me chupo el índice lasciva con los ojos entrecerrados. Acostada vestida en aquella camita. Mi otra mano se pierde bajo mi minifalda. Tú estás gozándome detrás de tu lente. Yo inicio mi acto de enloquecer tus hormonas. Click.
(Pausa) “¿Cuánto tiempo hace?”, dijiste, “11 años, han pasado 11
años” contesto, y tus ojos habituados a descubrir imágenes me desnudan, pieza a
pieza despacio, como si tuvieras todo el tiempo del mundo en aquellos dos dedos
de vodka a la roca, como si estuvieras otra vez en aquella camita, mi camita.
Click. Acostada vestida. Una mano sube la minifalda. No llevo
pantis. La otra mano se hunde en mi vagina. Cierro los ojos. Me muerdo los
labios. Los muslos apretados para aguantar los temblores. El lente se mueve. Se
pierde el foco. Tus manos tiemblan. Click.
(Pausa) “Estas bella, igualita” susurras y bebes un trago largo
como si el recuerdo te secara la garganta, como si necesitaras mojarlo para
desdibujar mi cuerpo desnudo haciéndote señas para que dejes la cámara y me
penetres. Te mueves inquieto en la banqueta porque la erección revienta el
pants, masajeas disimuladamente tu entrepierna y vuelves a beber, largo,
sediento.
Click. Mi cara es una mueca de complacencia. Los ojos
entrecerrados. Blancos. Mis dos manos penetrándome. La minifalda enrollada en
mi ingle. Las rodillas juntas. Apretadas. La sábana arrugada. Una esquina de
ventana por donde se cuela el sol. Click.
(Pausa) “¿Te divorciaste?” indagas. “Sí”. “¿Tienes novio?”
continúas. “No” monosilábica apuro mi margarita. Tus ojos como la lente de tu
cámara, atentos a mis labios y mi lengua que tragan, tragan. Cierras el puño
como si apretaras el obturador. Cierras los ojos, la frente te suda, e intuyo
que sigo tragando en algún rincón de tu cerebro. ¡Trago!
Click. Medio sonrío. Mi mano húmeda en mi boca. Tu mano metida en
el plano. Tocando mi mano mojada. Buscando mi humedad. Mi otra mano relajada
saliendo de entre mis muslos. Mis muslos blancos sobre mi camita. La blusa
medio abierta. Mis ojos sonríen satisfechos. Chinitos. Plano inclinado. Tú no
puedes más. Espectador ¿pasivo? Ojo tras la lente. Click
(Pausa) “Todavía tengo tus fotos”. “Yo las quiero”, contesté
rápido. “¿Quieres que te haga nuevas fotos desnuda?” “No, quiero aquellas”.
“¿Pero no quieres nuevas fotos desnuda?” Insistes morboso. Ahora soy yo la que
trago de una sentada mi margarita. Cierro los ojos y en algún rincón de mi
cerebro me veo tragando, sigo tragándote.
Click. Un estudio cerca de la Calle 8. Los dos solos. Un sofá
viejo con una manta multicolor. Las luces listas. Una red negra. Yo desnuda. Mi
pelo rojo suelto hasta la cintura. Mojado. Ondulado. Descalza. Tu lente abre y
cierra, cierra y abre. Penetrándome. La red sobre mi cara. Sobre mis tetas. Tu
lente se acerca. Primer plano. Respiras cada vez más fuerte. Mi perfil con la
red sobre mi cabeza. Plano detalle. El pelo me cubre la cara. Las piernas
abiertas. Mis dedos tapando los pezones. Mi piel blanca. Suave. La red negra.
La red negra sobre mi barriga. Descubriendo todo. Blanco/negro. Tu lente abre y
cierra, cierra y abre. Disparando. Me tocas. Tus manos sudan. Tu respiración es
un huracán. Me tocas. Acaricias fuerte. Respiras fuerte. Me besas los hombros
como un caníbal. Me agarras las tetas con dureza. Me empujas hacia ti. Brusco. Macho.
Tu pinga maltrata mi nalga. Tu pinga detrás del zipper. Detrás del jeans.
Maltrata mi nalga. Me aprietas duro contra ti. Me restriegas el zipper. Tu
jeans. Tu pinga. Mi nalga. La cámara hace malabares en una de tus manos. La
otra mano intenta abarcarlo todo. Todo mí. Tu mano enloquece. Suda. Tu saliva
desborda mi cuello. Tu boca me mastica. Tu boca en mi cuello. Tus dientes me
lastiman. Tus dientes. Tus labios. Mi cuello. Finalmente desesperas. Me agarras
por la cintura. Me lanzas sobre el sofá. Te arrancas el zipper. Liberas la
bestia. La bestia se me cuela entre los labios. Muerdo. Lamo. Saboreo.
Ensalivo. Fricciono. Punta de lengua-garganta-garganta-punta de lengua.
Acaricio con mis labios. Tu cámara sigue haciendo malabares en tu mano. La otra
mano me agarra los pelos. Me empujas la cabeza. Me enseñas a domesticar tu
bestia desenfrenada en mi boca. Tu cámara no se detiene. La lente abre y
cierra, cierra y abre. Me atraganto pero no paro. Tus dedos se aferran a mis
pelos. Una convulsión te posee. Frenética apuro los movimientos.
Labios-lengua-fricción-garganta. Gritas. Animal. La lente se abre. Se abre. Se
abre en un movimiento detenido. Infinito. Un olor a cloro me inunda la
garganta. Me sale por la nariz. Gritas. Trago, trago, trago. “¿Y yo qué?” Te miro
devorándote epidermis. Dermis. Me abro de piernas al infinito. Visualizas. Tu
respiración agarra fuerza 5. La bestia mete un cabezazo. Repunta. Colocas
la cámara en el piso. Suavemente. Te arranco el pantalón. La bestia resopla en
mi mejilla. Golpeándome mi mejilla. Te enredas con el pullover. Con la manta
multicolor. Una pierna. Una pierna sobre el espaldar del sofá. Te arrodillas en
el sofá. Frente a mí. Mirando fijo ese hueco misterioso. Abierto. Profundo.
Metes tus dedos. Te regodeas en lo mojado. Suspiro. Tu mano mojada acaricia la
bestia. Suave. Adelante y atrás. Atrás y adelante. Tu mano otra vez. Tu lengua.
Tu boca que me come. Tu boca en mi hueco. Profundo. Abierto.
Lengua-mano-dedo-lengua-labios-hueco. Tus dos manos agarran. Carne. Agarran. Brusco.
Macho. Tu lengua acaricia. Clítoris inflamado. Lengua. Manos. Dedo. Labios.
Grito. Desesperada. “¡Métemela cojones!” ordeno. Te ríes. “Espérate mami
chula”. Te ríes. Acaricias tu bestia con tu mano mojada. Adelante, atrás.
Adelante, atrás. Furiosa te agarro con mis dos manos por las nalgas. Te empujo.
Te clavo en mí. Adelante y atrás. Atrás y adelante. Adelante y atrás. Grito.
Silencio. Tu respiración. Mi respiración. De tormenta a calma. Silencio. Click.
(Pausa) “Todavía tengo tu foto” sentencio. “¿Cuál?” preguntas
curioso. “Aquella, la de la red negra”. Y pides otro vodka a la roca.
“¿Aquella?” “Aquella”. Y yo también pido otra margarita. “¿Cuánto tiempo hace?”
Y me rozas con los dedos el antebrazo. Tus manos sudan. Tu respiración es cada
vez más fuerte. Es un huracán.
Scorpions canta por algún rincón “walking down the street, distant memories…”
Tus manos sudan… “take me to the magic of the moment on a glory night…” Te tocas la entrepierna. Cierro los
ojos y veo la bestia. Mis manos sudan. ¿O son tus manos? No sé. Me erizo. El
tequila quema mi garganta y un olor a cloro me sube a la nariz, suave. Abro los
ojos. Tú estás también distante, muy lejos e intuyo que en alguna esquina de tu
cerebro me tienes tragando. Bebes. El cristal y el vodka distorsionan tu
rostro. Caen gotas. La bestia. “¿Realmente quieres hacerme fotos desnuda otra
vez?” “Claro mami chula, tú sabes que tú eres especial para mi”. Mis manos
sudan. Tus manos sudan. Trago, trago, trago. “Está bien, hagamos más desnudos”.
Brindamos. Trago, trago, trago. La bestia repunta, cabecea y yo cierro los ojos
encomendándome al que sea. No quiero pensar que otra vez la desaté. La bestia.
Trago. Tu respiración. Mi respiración. De tormenta a calma. Silencio. (Pausa)
Click.
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Narración finalista en el concurso "Los cuerpos del deseo", I Edición, Miami 2012
Publicado en http://neoclubpress.com/fotografia-de-encuentro-100934087.html