Yo al igual que Liván Hernández: IloveMayami, aunque la ame de
lejos, desde mi barrio bien en las afueras. Esta atracción fatal me hace bajar
a la capital del exilio varias veces a la semana y regresar con un montón de historias
incoherentes porque como dice el buen socio y excelente músico Michel
Peraza: Mayami es un manicomio a cielo abierto, y si no me creen aquí les
cuento lo sucedido en sólo un día.
De camino a Mayami entro al Wal-Mart de Hialeah, más conocido por
el Disneyworld de los balseros –y me incluyo-. En uno de los pasillos me
encuentro un amigo, Virgo y cristiano, algo muy de moda en el pueblo –lo de ser
cristiano, digo-, con un carrito de compras repleto de cosas. Después de los
saludos efusivos de rigor, en un tono sospechosamente bajo, me confiesa que
anda abasteciéndose por si el loco de Kim Jon-un nos misilea como promete. Después
de tantos años como productora de TV he desarrollado una excelente cara de póker,
así que mi amigo sintiéndose comprendido me enseña los artículos que usualmente
se compran ante la inminencia de un huracán. Lo único que no entendí fue ¿para
qué compra una cocinita eléctrica? ¿Será que mi amigo maneja información confidencial
del Pentágono que revela que tras un ataque misilístico solo sobreviven las
cucarachas y la electricidad? En fin, me despido deseándole una feliz
sobrevivencia nuclear. ¡Coge tu xanax papito, pa’ que te xanaxdees!
Camino al parqueo recuerdo a otro amigo Virgo también, que tropecé
un día en el Hospital Naval de Labana y me confesó mirando miedoso para todos
lados, que estaba allí porque llevaba tiempo escuchando voces y descubrió dos
cosas: una, las voces no eran de los vecinos; dos sospechaba que eran suyas. Lo
animé a que siguiera su camino hacia la consulta del siquiatra, sin dejarle de
desear buena suerte a “todos ellos”. Espero que este amigo haya tenido la
cordura de no haber emigrado a Mayami manicomio a cielo abierto
como dice el Miche, porque si no estará con una bella vista enrejada desde una
sala del Jackson. ¡Coge tu xanax papito, pa’ que te xanaxdees!
Más tarde, en un vestíbulo conocido, me encuentro a una amiga
adicta a las conspiraciones. Tras el saludo me suelta: ¿viste la noticia? Los yogures
no caducan al igual que la miel. Nos tenían engañados todos estos años. Ya no
tenemos que botar los yogures antes de los 28 días si no los consumes. ¡Tú
sabes cuántos yogures yo he botado! –baja la voz cómplice- ¡Estoy casi segura que
nos mantenían engañados por una conspiración
de las grandes industrias alimentarias para que consumamos como locos, pero
estoy investigando! ¡Métete en mi muro de Facebook para que apoyes la campaña
que inicié para que todos conozcan la verdad sobre los yogures! –repito, mi
cara de póker se ha perfeccionado tanto que es digna de concurso-. Me despido deseándole
suerte en su campaña por la verdad y rezando porque no cree una ONG que recoja
los yogures “no caducados” que no quiere la gente para donarlos a los niños de
Somalia. ¡Coge tu xanax mamita, pa’ que te xanaxdees!
De regreso a casita a toda velocidad por el expressway y con
Nirvana a todo volumen, tomo nota de que debo avisar a mi amigo Virgo-cristiano-paranoico-con
–ataques-misilísticos-coreanos para que no compre cajas de yogures para
almacenarlos junto a sus latas de spam y su cocinita eléctrica. Es que no tengo
claro si después de una hecatombe nuclear también sobrevivan el peptobismol,
los antihistamínicos y el té de manzanilla para que se lo haga en su cocinita eléctrica
cuando se intoxique con los yogures no caducados. ¡Coge tu xanax papito, pa’ que te
xanaxdees!
El tema de los yogures y la inminencia de la muerte por un ataque misilístico
me inspira e improviso unos versos para mi negro: “papito te amaré como el
yogur: sin caducidad, y hasta que un misil nos separe”. Pero de noche las
preocupaciones me atormentan con tanta información recolectada y gogleo sobre
los temas. Me relajo cuando leo que los mandamases norcoreanos creen que el
número mágico de la buena suerte para su familia es el 9 y todo lo hacen en un
día 9 o que la suma interior de la fecha sea 9. Eso me da unos días de ventaja,
exactamente 4 días, porque el 14 de abril es un día 9 por su suma interna y
puede ser que el norcoreano-feo-malcriado-fan-de-war-video-games no apriete el
botón rojo de su Xbox hasta ese día para tener buena suerte en su ataque. Por otro lado, me consuela saber que los
Mayamis nunca es el target de ningún ataque hollywoodense donde a los
productores y guionistas les encanta destrozar NYC y LA, así que con 4 días de
ventaja y viviendo en Mayami, puedo dormir tranquila esta noche.
Finalmente me acuesto pensando que tampoco está mal una amenaza de
ataque para el próximo domingo 14, primero porque los domingos son muy
aburridos y un poco de meneo radioactivo y adrenalina misilística nos vendría
bien; y segundo, porque seguro después de un missile attack , el lunes 15 no habrá
escuela y Carola se libra del FCAT que la tiene tan alterada. ¡Coge
tu xanax mamita, pa’ que te xanaxdees!
De cualquier manera entre bostezos convoco a Alejito el francés, para
que él con su experiencia en lo real maravilloso, disuada al coreanito de
pelado feo de su empeño de misilearnos, porque esto de andar después sobreviviendo
a base de yogures no caducados de mi amiga y haciendo café cubano en la
cocinita eléctrica de mi amigo en medio de una Mayami misileada, no me llama la
atención. Y además, porque cojones, ya sufrí muchísimo esperando el tan
promocionado fin del mundo de los mayas y no es sano que las catástrofes se
anden anunciando cada dos por tres como si nada, porque si no terminaremos todos
ofertándonos ¡Coge tu xanax, pa’ que te xanaxdees!... y ya sin tantas catástrofes
anunciadas, Miami es un manicomio a cielo abierto, como dice el Miche… digo
yo!